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Consejos para el cuidado de la piel con cáncer

Sabemos que el cáncer y sus tratamientos pueden causar serios problemas en la piel, por ello nos pusimos en contacto con Look Good Feel Better para obtener algunos consejos para nuestros lectores que puedan estar lidiando con el cáncer o sus tratamientos.

Tuvimos la oportunidad de conocer a la encantadora Paula, una fiel seguidora y voluntaria de Look Good Feel Better. Paula es maquilladora profesional y ha estado colaborando como voluntaria desde que tenía 18 años. Según Paula, "lo que más me gusta de la belleza es lo transformadora, expresiva e inclusiva que puede ser. Al final, un simple toque de lápiz labial tiene el poder de mejorar el día de una persona." Durante sus años como voluntaria, ha reunido numerosos consejos de belleza prácticos, los cuales ha compartido generosamente con nosotros hoy.

Cuando inicias el tratamiento contra el cáncer, independientemente del tipo, es común comenzar a notar alteraciones en la piel, el cabello y las uñas. Algunas personas experimentan estos cambios de inmediato, mientras que otras no lo hacen. Oirás frases como "está a menudo", ya que todo depende de cómo responda tu cuerpo.
Al igual que la caída del cabello, las alteraciones en la piel pueden afectar profundamente la confianza, el estado de ánimo y el bienestar general de una persona, ya que, en esencia, es lo primero que tanto tú como los demás notan.

Cambios iniciales comunes en la piel:

• Mayor sequedad o descamación de la piel, lo que puede generar una sensación de tirantez o picazón.
• Enrojecimiento o rubor excesivo en la piel, acompañados de sensación de calor o irritación.
• Mayor sensibilidad e irritación en la piel, incluso hacia productos que antes eran bien tolerados.
• Mayor sensibilidad a la luz solar, lo que aumenta el riesgo de quemaduras solares.
Si tienes preguntas o inquietudes acerca de estos efectos en cualquier momento durante tu tratamiento, te recomendamos que consultes a tu médico para recibir orientación profesional.

Lidiar con los cambios en la piel

Lo más importante es prestar atención a tu propia piel. Nuestro cuerpo es muy sabio, y lo que antes le funcionaba a tu piel puede que ya no sea lo más adecuado. Por eso, es esencial observar y comprender las señales que te está enviando.

Por ejemplo, si notas que tu piel se irrita repentinamente y se siente seca y tirante después de aplicar tus productos habituales, es señal de que necesitas hacer un cambio. Pero esto no significa añadir más productos, sino todo lo contrario. Lo ideal es simplificar tu rutina, volviendo a lo esencial para evitar irritaciones innecesarias y mantener tu piel lo más equilibrada y saludable posible.

Una piel saludable significa que tu barrera cutánea, la capa más externa, está cumpliendo su función de manera óptima, reteniendo la hidratación y protegiéndola de factores externos. Cuando esta barrera está en buen estado, la piel luce uniforme, suave y bien hidratada. Sin embargo, si notas enrojecimiento, irritación o sensibilidad, es probable que tu barrera cutánea esté debilitada y necesite un ajuste, especialmente debido a los efectos que tu tratamiento está provocando. Para encontrar los productos más adecuados para tu piel, es mejor evitar:

  • Productos con fragancias intensas.
  • Alcohol desnaturalizado (alcohol denat) o etanol.
  • Exfoliantes físicos o faciales.
  • Ingredientes altamente activos para el cuidado de la piel, como retinoides, vitamina C y ácidos exfoliantes.

Una rutina diaria simple

Limpieza: Es esencial lavar el rostro tanto por la mañana como por la noche, especialmente si usas maquillaje, ya que a lo largo del día y la noche se acumulan residuos de productos, impurezas, sudor y aceites naturales en la piel.

Evita el uso de jabón y opta por un limpiador facial suave y sin espuma, como un aceite, bálsamo o crema limpiadora, ya que son más delicados con la barrera de la piel y ayudan a mantener la hidratación sin resecar. Procura no usar agua caliente; en su lugar, elige agua tibia para una limpieza más respetuosa.

Elimina primero el maquillaje y luego limpia la piel en profundidad, un método conocido como doble limpieza. Si tu piel es muy sensible al agua, prueba usando una almohadilla de algodón con una leche limpiadora o crema fría para una limpieza suave y efectiva.

Tónico: Los tónicos hidratantes tienen la función de hidratar y preparar la piel para recibir la hidratación. ¡Opta por uno que no contenga fragancias ni alcohol!

¿Sabías que la piel húmeda absorbe la crema hidratante de manera más rápida y profunda que cuando la aplicas sobre piel seca? Esto se debe a los humectantes, como la glicerina y el ácido hialurónico, que ayudan a atraer y retener la humedad.

Su función es ayudar a que la piel retenga la humedad, por lo que cuando la piel está ligeramente húmeda, pueden hacer su trabajo de manera óptima. Esto puede ser un gran paso para mantener tu piel hidratada y saludable durante todo el día. Intenta aplicar tu crema hidratante sobre la piel aún húmeda, justo después de usar el tónico.

Hidratar: Esta es la parte más importante para controlar la sensibilidad y el enrojecimiento. Si tu piel está muy seca, elige cremas nutritivas que incluyan ingredientes reparadores y calmantes como manteca de karité, esqualano, urea, avena coloidal, aloe vera, ceramidas y colesterol, entre otros.

Por la noche, para sellar la hidratación y permitir que los ingredientes activos trabajen de manera efectiva, puedes seguir el truco clásico de Hollywood y aplicar una capa fina de vaselina o cualquier crema a base de petrolato sobre tu hidratante. Esto actúa como una barrera extra que previene la pérdida de agua en la piel, ayudando a que tu piel retenga la humedad.

Aplica protector solar todos los días: ¡El uso de SPF es esencial, SIN EXCEPCIONES! Es la mejor manera de proteger tu piel de daños a largo plazo. Aunque todos disfrutamos del sol, los rayos UV pueden causar estragos en nuestra piel, especialmente durante un tratamiento. ¡No olvides protegerte! Opta por un protector solar con SPF 50+; la mayoría de las personas no aplica la cantidad correcta, que debería ser dos dedos largos de crema para una cobertura completa.

Para garantizar una protección adecuada, utiliza el SPF facial después de tu crema hidratante y antes de aplicar cualquier maquillaje. Al finalizar el tratamiento, es posible que puedas reintroducir algunos de tus productos favoritos a medida que tu piel se vuelve más receptiva.

Enrojecimiento en la piel y Rosalique

Si estás notando un exceso de enrojecimiento y rubor en tu piel, al enfocarte en reparar la barrera cutánea, el enrojecimiento disminuirá con el tiempo. ¡Es mejor no tocar la piel en exceso! Además, podrías guardar tus productos de skincare en la nevera para disfrutar de un efecto refrescante al aplicarlos.

Puedes probar una crema neutralizante como Rosalique 3 in 1 Anti-Redness Miracle Formula SPF50, que emplea una tecnología microencapsulada innovadora para combinar pigmentos verdes, corrigiendo el tono y disimulando el enrojecimiento.
Además, incluye ingredientes activos como pantenol y α-bisabolol, que ayudan a disminuir el enrojecimiento y la inflamación. Su protección solar SPF50 de amplio espectro es ideal para la piel sensible al sol debido a los tratamientos contra el cáncer.

Espero que estos consejos te hayan sido útiles durante tu tratamiento. Si tienes algún consejo que te haya ayudado y deseas compartirlo, ¡no dudes en hacerlo! Para obtener más información sobre los increíbles servicios que ofrece Look Good Feel Better, puedes leer más aquí o seguir su Instagram aquí.