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Blog con Salcura: Consejos para el acné en verano

El acné es una afección de la piel que afecta a muchos de nosotros a lo largo del año y, en la mayoría de los casos, durante varios años. Suele comenzar en la adolescencia, pero, lamentablemente, no siempre se limita a esa etapa y puede persistir en la adultez o aparecer en otras fases de la vida, ya sea más temprano o más tarde.

Si tienes piel propensa al acné, es posible que con la llegada del buen tiempo experimentes brotes que dificulten disfrutar de un verano sin preocupaciones. Lamentablemente, no existe una solución definitiva para eliminar el acné de forma permanente, pero hay varias acciones que puedes tomar para cuidar tu piel propensa al acné y reducir la frecuencia de los brotes.

 

Agua, agua y omegas

Es obvio, pero el agua es esencial para mantener la piel en buen estado, sin importar el problema que tengas. Se recomienda consumir entre 1,5 y 2 litros de agua al día. Si no estás acostumbrado a beber tanta agua, empieza con un litro y ve aumentando gradualmente la cantidad. No olvides que muchas frutas y verduras también contienen agua, ¡así que también contribuyen! Si el agua no te atrae, las infusiones son una excelente alternativa para cumplir con tus necesidades de hidratación.

En verano, la deshidratación puede ocurrir más rápidamente, por lo que es crucial mantener una buena hidratación. Cuando la piel no recibe suficiente agua, empieza a esforzarse más para protegerse, lo que, en las pieles propensas al acné, puede llevar a una mayor producción de sebo.

Tú eres quien mejor conoce tu cuerpo y, aunque varios alimentos pueden influir directamente en tu piel, generalmente recomendamos consumir abundante fruta fresca, proteínas y grasas omega saludables.

¿Sabías que, según una investigación de Cosmetic Business, los niveles bajos de ácidos grasos omega-3 podrían desempeñar un papel crucial en los brotes de acné? En este sentido, los ácidos grasos omega-3 parecen ser los más prometedores debido a sus efectos antiinflamatorios.

Los ácidos grasos omega-3 se encuentran principalmente en alimentos como las algas, los frutos secos, las semillas, las sardinas y el salmón salvaje, y se sabe que reducen la inflamación al estimular la producción de prostaglandinas antiinflamatorias E1 y E3.

 

Salvadores de la piel…

En ocasiones, tendemos a ser muy agresivos con nuestra piel propensa al acné, usando productos que pueden irritarla. Aunque parece que se necesita algo fuerte para combatir el acné, en realidad eso podría empeorar la situación. Si buscas una línea suave pero efectiva para el cuidado de la piel con acné, te recomendamos probar la línea Antiac de nuestra empresa hermana Salcura.

La premiada línea contra el acné de Salcura ofrece una solución efectiva para quienes padecen de acné, manchas, granos o puntos negros y blancos. Rica en omegas 3, 6, 7 y 9, así como en vitamina E, esta gama limpia la piel de manera suave pero eficaz, sin resecarla ni eliminar sus aceites naturales.

El Gel Limpiador Facial Diario mantiene la piel hidratada y fresca, evitando la sequedad y la sensación de tirantez que pueden generar algunos tratamientos químicos para el acné. Si buscas un tratamiento más fuerte, utiliza el Activ Liquid Spray para lograr una excelente cobertura y un efecto calmante en áreas más grandes, como las mejillas y la frente. Para tratar los granos de manera rápida y prevenir que empeoren, el Activ Gel Serum es la mejor opción. Este sérum es ideal para ofrecer un tratamiento intensivo y dirigido a zonas específicas.

 

Un poco de ayuda extra…

La protección solar es crucial durante todo el año, pero es aún más importante en los meses de verano, especialmente si tienes la piel propensa al acné. El acné puede generar hiperpigmentación y cicatrices, por lo que no debes olvidar aplicar SPF antes de salir. Te recomendamos probar nuestra Rosalique 3 in 1 Anti-Redness Miracle Formula SPF50, creada especialmente para combatir las rojeces faciales y ser no comedogénica, lo que significa que no obstruye los poros.

Finalmente, puede que no lo notes, pero pequeños ajustes en tus hábitos diarios también pueden hacer una gran diferencia. Un ejemplo es cambiar las fundas de tus almohadas por unas de seda. Este material es suave con la piel y tiene menos probabilidades de acumular bacterias. Recuerda lavarlas frecuentemente y tener algunos repuestos a mano.